Cola del Pantano de Bornos (15 Septiembre 2013)

Domingo 15 de Septiembre de 2013.-

Comienza de nuevo la actividad senderista después del parón veraniego y se hacía necesario reconocer la próxima ruta a realizar.
Por dicho motivo nos dimos cita a las 8 de la mañana en la Plaza de San Antón, los siguientes andarines A saber: el hermano mayor del Hermano Mayor de Nuestro Padre o sea Paparazzi, al volante el hermano menor del hermano mayor del Hermano Mayor de Nuestro Padre, o sea Fernando Correa, además de El Tío la Bota, un casi recuperado Zorro Cojo (bastante menos cojo) y un servidor Livingston, para lo que vuesas mercedes deseen mandar.
Así que con una baja forma impresionante en los 5 expedicionarios, pero con una fuerza de voluntad terríble, emprendimos la marcha hacia la población de Bornos.
Después de parar en la Venta la Piedra a desayunar, a las 9:45 ya estábamos junto al embarcadero para iniciar el ataque, no sin antes recabar información a los aborígenes que por allí pululaban acerca del estado del terreno, ya que hace pocos meses estuve por allí y un gran socavón provocado por el agua del lago tenia cortado el camino y no se podía pasar. Iba con cierta preocupación por el tema pero los aborígenes nos confirmaron que una vez había bajado el nivel del agua, si se podía pasar con un poco de cuidado, solo bajar una pequeña cuestecita de apenas 2 ó 3 metros.
Así que con puntualidad inglesa, y justo a las 10 de la mañana, comenzamos la caminata por un marcado sendero junto al lago, que en su día fue el proyecto de una línea de ferrocarril que no llegó a construirse.
Después de algunas pequeñas dudas y consultar de nuevo con un aborigen que nos cruzamos en el camino, llegamos a nuestro primer destino, que no era otro que la casa que construyeron para el ingeniero de la presa allá por los años 50. Una estupenda casa muy bien situada como o podía ser de otra forma. Una vez visitada la casa por su parte exterior, salió el ingeniero y amablemente nos invitó a una fruta, lo cual agradecieron nuestros estómagos.
A continuación bajamos por una larga escalera entre el bosque, para llegar a lo alto de la presa, sin que por allí apareciese nadie, aunque tengo entendido que no permiten el acceso, pero bueno nosotros pudimos llegar.
A partir de ahí, iniciamos el regreso por un camino en gran parte distinto, para llegar de nuevo con puntualidad inglesa al embarcadero del lago a la 1 de la tarde.
Hicimos un pequeño estudio referente al acceso del autobús, e iniciamos el regreso a Carmona con tiempo suficiente para dormir la siesta, cosa que no he podido hacer ya que Paparazzi, he ha pedido que escriba la crónica.

Como siempre reciban un cordial saludo de vuestro amigo Livingston.
Miguel Ángel López Vázquez